COMPARTIENDO EXPERIENCIAS
Gracias a Jorge Patricio Vera por compartir:
Hace bastante tiempo que sentì el deseo de unificarme.
Solemos creer que desarrollando metas, proyectos, deseos materiales, momentos familiares, etc. debemos por lògica sentirnos plenos,satisfechos y, como decían las personas mayores " Misiòn cumplida ". Nada de aquello permanece, todo se desvanece como esas tesis empìricas, que se desmoronan cuando una observaciòn refuta sus leyes. El resultado, por lo consiguiente, es ni nada menos que un vacìo sin sentido. Un marasmo, en el que se flota, que no centra el ser, sino màs bien lo dispersa en el devenir de la existencia.Por aquella percepciòn, me daba sentido la bùsqueda de las enseñanzas de mìsticos hindues. Rama, Ramana Maharshi, el temor pero a la vez curiosidad que me provocaba la imagen de Prabupadha; en fin, la cultura es amplia y se despliega. Los libros que hablaban de Budha, del estado Budhico, del silencio del Hara; todo era sorprendemente accesible a través de mì y para mì. Nadie me pedìa nada a cambio, como suele ocurrir en el New Age.
En esa bùsqueda, Yogananda, Yukteswar y posteriormente Hariharananda provocaron en mì la mùsica que proviene de las esferas. Los estados meditativos se tornaban en un sí se puede, estar en uno, en el seno mismo de tu divinidad. Elementos de comparaciòn no tengo si estoy o no equivocado en cuanto a experiencias. Son patrimonio del Padre y del que las vive.
Kriya Yoga dio la respuesta, ofreciò el camino...dispuso al maestro. Se adosaron a mi vida el linaje puro de una vìa espiritual que es posible realizar sin los conflictos de la mente. Que ofrecia una respuesta a la vida diaria. No tengo otro motivo en las mañanas muy temprano que cerrar los ojos, llevar la conciencia a la fontanella, conjuntamente con la conquista, hoy en dìa de la postura de Loto, por tiempos añorada por mi cuerpo. No he dejado de centrarme en la fontanella, no he dejado de pedir al Padre, el deseo y decisión de estar frente de mi maestro allà en la Lejana y mìtica India.Puedo decir a ciencia cierta. NO ESTOY SOLO.
Hace un mes el invierno se despedìa con un lluvioso Sabado. Eran cortinas de agua. El frìo acompañaba una cordillera llena de nieve. Subì al auto y como buen cinèfilo decidì ir al cine. Un desvìo imprevisto por la arteria de Manuel Montt, en el barrio Providencia de Santiago, me llevò a una calle alternativa, que suele ser carente de transito los fines de semana. Todo iba tranquilo, habìa una visibildad muy mala, tanto para peatones como para conductores. Al llegar al cruce, de Infante con Sucre. Un fuerte impacto azotò mi auto. Un Ford Runner se habìa estrellado por la puerta del conductor. Todo empezò a pasar en cámara lenta. Observè fuera y dentro del auto, como una fuerza pasaba a unos 50 centìmetros de mi cuerpo sin tocarme un pelo. Al tiempo veía gente corriendo hacia mì y providencialmente un carabinero, muy poco frecuente en las calles de Santiago. Vi, no sé cómo, en un segundo, el auto que me impactò, hecho polvo; lo que se considera en Seguros como pèrdida total. Solo preguntè si los integrantes del auto estaban bien. Lo curioso es que eso ocurriò en mi mente pues yo no salìa del auto aun. Un instante. Y no salìa de la fontanella a pesar de la conmociòn del momento, vi los rostros de mis maestros y, curiosamente, recuerdo la foto de Rajarshi que lîa posteo a mi e-mail . Vi en secuencia fugaz a Hariharananda, a Yukteswar y a Raharshi. No hice comentarios, un profundo y silente: "Thanks heavenlly father Thanks!!!!."
No tuve ni un rasguño. En la tenecia de carabineros, durante el denuncio del hecho, llevè la mano a uno de mis bolsillos y tenìa una foto en sepia de Yogananda que nunca llevo conmigo. Las coincidencias, los aspectos de la vida que se muestra en un sin fin de experiencias...para mì esta fuerte prueba, salvada de milagro, renovó mi convicciòn de disponer mi vida y mi quehacer en la unificaciòn del Jorge Patricio, tantas veces fragmentado y disperso.
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